Del mismo modo que los tatuajes, los piercings forman parte de nuestra imagen exterior y son una muestra de la identidad personal de cada persona. Hoy en día, no es raro ver tanto a jóvenes como a personas mayores luciendo algún tipo de pendiente en su cara o cuerpo. Pero, cuando se acerca el día de la boda puede que te plantees qué hacer con el piercing, si es mejor dejarlo o quitarlo. Pues bien, en nuestro post de hoy te damos varios consejos para que, independientemente de tu decisión, te sientas espectacular en la boda siendo tú misma.
Imágenes: Amy Cloud Photography. Vía: Wedding Chicks.
Un piercing discreto, pequeño y metalizado por ejemplo, puede incorporarse perfectamente como un complemento más en el look de tu boda. La novia clásica ya no reina y ahora deja paso a la nueva mujer cosmopolita, moderna e independiente; así pues, los piercings son símbolo de libertad que muestra un estilo único. ¡No te escondas! Sé fiel a tu personalidad y no intentes ser alguien que no eres en tu boda, si te lo has puesto es porque te gusta. Siempre y cuando estés segura de ello y éste vaya acorde con el tipo de vestido de novia que hayáis elegido, dejarlo tal cual será un total acierto.
Imágenes: Priscila Valentina y Anthem Photography. Vía: Wedding Chicks y Style Me Pretty.
Aún así, siempre existen novias dispuestas a dar un aire diferente al que acostumbran a mostrar en su día a día y se aferran a la idea de parecer una auténtica princesa. ¡Tranquilas, todo tiene solución! Por suerte, los piercings son pendientes que se pueden poner y sacar tantas veces como uno quiera así que si prefieres no llevarlos el día de tu boda, puedes quitártelo sin problema. Las pequeñas cicatrices que quedan, a no ser que sea una distancia muy corta, no se apreciarán y no es nada que no pueda arreglar un buen maquillaje.
Imagen: Rebekah J. Murray. Vía: Green Wedding Shoes.
Con o sin piercing, lo importante es que tú y solo tú te sientas radiante y cómoda ese día.
