Algo nuevo, algo viejo, algo usado y algo… azul. Lucir algo azul el día de la boda es una tradición que la novia ha ido respetando a lo largo de los años. Símbolo de pureza, amor y fidelidad, el color azul puede tomar infinitas formas el día de la boda. Desde encontrarse en un pequeño detalle oculto bajo el vestido de novia o en la suela de los zapatos hasta ser la tonalidad protagonista de uno de los accesorios más importantes.
En su amplia gama de tonalidades, seguro que la novia encuentra aquel accesorio que mejor encaja con su personalidad y vestido de novia, ya sea dominando su imagen o bien resultando más discreto. A su manera, éste también puede significar ese toque de diversión y originalidad que muchas novias desean dar a su diseño nupcial. Desde aplicarlo en la sombra de los ojos, en forma de pequeño lazo cosido en la tradicional liga, como flor predominante en el ramo de novia, en los zapatos o en las joyas, el color azul aportará sin duda a la novia la vitalidad y energía necesarias a la hora de dar el paso más importante de su vida.
¿Y si la novia opta por integrar su algo azul en el pastel o en el bajo plato? Y si no le convence, puede que lo ideal sea lucirlo en el ramo. Sabemos que no todas las chicas son igual de atrevidas y habrá quién prefiera un tono como el azul escondido en un pequeño detalle. Todo es cuestión de gustos y personalidades.