Dos no se casan si uno no quiere pero no hay boda sin invitados. Siempre, y es normal, hablamos de cómo debe ir la pareja, de cómo deben vestir, de qué tienen que hacer pero, ¿y por qué no hablamos un poco de los invitados? O lo que es más importante: las invitadas. Son una pieza clave en toda boda. Son la alegría del evento, la de las primeras lágrimas, la de las fotos sin fin y los primeros bailoteos con alguna copa de más. ¿Qué haríamos sin ellas?
Imagen: Oncewed
Si nos han invitado a una boda lo primero que tenemos que saber es que a no ser que seas la madre del novio, una de los testigos o hermana de la pareja, no deberías ir de largo. Pese al ‘rumor protocolario’ de que boda de día se viste de corto y boda de noche de largo, no es del todo verdad. Si no estás entre las que he mencionado, es mejor que vayas de corto. Además, es evidente que hay colores como el blanco, el crudo y toda la gama de colores claros que está prohibido llevar ya que son los colores de la novia. En cuanto a los complementos hay dos indispensables: taconazos y cartera de mano cómoda pero pequeña.
No os creáis que esto acaba aquí. Hay una lista de errores que tampoco podéis olvidar: si eres madrina, madre de la novia, testigo o del grupo cercano que puede llevar vestido largo JAMÁS te sobrepases con la largura, no eres la novia para llevar cola. Si eres del grupo que tiene que vestir de corto, en cambio, deber saber que hay diferencia entre vestido cóctel y el corto de ceremonias de boda: el primero puede ser palabra de honor y por encima de las rodillas, el segundo no debería ser sin tirantes ni mangas y la longitud cubre media pierna. Por último, si quieres llevar pamela o tocado, no te lo vas a poder quitar en toda la boda, el protocolo así lo manda.
Imagen: Weddingchicks
Y se me olvidaba, si queréis vestir de negro… no hagáis un total look black que no vais a un entierro. El negro es elegante pero adornarlo con unos tacones dorados o una cartera o cinturón brilli brilli será más que un acierto.