La elección del color del vestido de novia es mucho más que una cuestión de moda o tendencia. Tonos como el beis, vainilla, hueso, marfil o champán se han colocado en los últimos años como favorecedoras opciones ante la supremacía del blanco impoluto. Así que mientras el blanco se caracteriza por su elegancia, bien es cierto que no siempre es el color más acertado para algunos tonos. Es por ello que muchas novias se decantan por el blanco roto, el sofisticado color maquillaje o el uso de una base gris clara para romper con el tradicional blanco inmaculado. Estos tonos cremosos lucirán perfectos acompañados de encajes consiguiendo así la tan buscada estética vintage. ¡Está a la última!
Ideal para mujeres morenas que buscan un look romántico, el blanco se caracteriza por su luminosidad y por el brillo que desprende a su paso. Las novias con el cabello rubio, en cambio, tienen en el color champán o marfil los perfectos aliados para conseguir una imagen sofisticada.
Por último, rescatando la última tendencia vista en las pasarelas, el rosa empolvado se ha hecho un hueco en la moda nupcial. Dulce y romántico, es perfecto para enlaces al aire libre en los que la naturaleza también tiene un papel destacado. Pero para aquellas novias que deseen sorprender a sus invitados, los creadores más atrevidos apuestan por vestirla con llamativos colores como el rojo, el verde o el morado. En estos casos, es aconsejable no decorar en exceso el vestido, ya que el resultado puede resultar demasiado pomposo. Ya que te atreves con el color, ¡apuesta por la sencillez en el diseño!
