Dulces, secos, afrutados o con leche, todos pueden convertirse en el detalle original con el que sorprender a vuestros invitados en cualquier momento del banquete de boda.
“Mezclado, no agitado”. Esta es la conocida frase de película que hizo famosa James Bond a la hora de pedir su cóctel favorito. A día de hoy, estas deliciosas combinaciones ya no son exclusivas de los espías. Con alcohol o sin, probarlas seducirá a los paladares más exigentes de vuestro banquete.
Como en el caso de vinos y cavas, no todos los cócteles son adecuados para ser servidos a todas horas. Hay diferentes tipos según la situación que se escoja para degustarlos. Los licores más utilizados para preparar estas pequeñas delicias son el vermut, el vodka y el ron, pero en el listado también tienen cabida otras bebidas más exóticas y licores tradicionales, como el de almendra o avellana. Para acompañarlos, se pueden poner ingredientes de todos los sabores que desee. Desde las típicas frutas a licores sin alcohol, pasando por salsas o productos con texturas sorprendentes, como la miel o la gelatina.
En el caso que se escoja servir los combinados como aperitivos, estos acostumbran a ser cortos y poco dulces, para abrir el estómago. En cambio, si deseáis servirlos al finalizar la comida a modo de postre, se puede optar por cócteles digestivos que son más dulces al gusto y facilitan la digestión al estar combinados con ingredientes como el jarabe de cereza, el melocotón, la fresa, la leche o suaves helados.