Imposible una boda sin chocolate. O al menos nosotras no somos capaces de imaginárnosla. En el postre, en la tarta, en los detalles para los invitados, en la mesa de dulces… el chocolate omnipresente y repartiendo caras de placer entre todos los asistentes. ¿Se nota que nos encanta? Pues animaos a descubrirlo un poco más en este post con el que se os hará la boca agua…
Fotografía: Joielala Photographie
Vía : Green Wedding Shoes
Fotografía: Amy Atlas
Vía : Green Wedding Shoes
Después de un sabroso banquete de bodas nada mejor que un poquito de dulce para poner la guinda final. Muchos novios optan por postres más ligeros pero simpre hay quien no pude resistirse a una maravillosa tarta nupcial de chocolate. Además, en los últimos años está de moda colocar una mesa de dulces durante la fiesta, con galletas, cupcakes, macarons e incluso una fuente de chocolate con fruta fresca. Suena bien, ¿verdad? Y de regalito a los invitados, unos bombones con vuestro nombre, ¿qué os parece?
Dulce servicio de café de Los pasteles finos de Finita y cupcake de chocolate de Florentine Cupcakes & Cookies.
Al chocolate desde siempre se le han atribuido propiedades mágicas. Puede ser porque su nombre, que proviene de la palabra azteca xocolatl, significa «alimento de los dioses». Y es que por todos es sabido que el chocolate aporta un magnífico bienestar psicológico; pero no sólo eso, sino que además es beneficioso para nuestra salud, ya que contiene elementos nutritivos favorables para el organismo.
Cacao y bombones de Cacao Sampaka.
¿Un poco de historia?
El cacao no ha estado siempre al alcance de todo el mundo. En el México azteca sólo lo consumían como bebida los emperadores, que eran considerados dioses (de aquí nos llega su nombre). Los mayas, en cambio, preparaban brebajes de cacao para sacrificios y ritos de iniciación. Después de los sacrificios tomaban vino de cacao, obteniendo una bebida fría, espumosa, embriagadora y de la cual estaba prohibida beber más de tres jarras.
Leónidas
Fue Hernán Cortés el que introdujo en España esta bebida, amada rápidamente por la realeza y expandida en los siglos posteriores por toda Europa y transformada en todo tipo de productos más suaves y delicados hasta llegar a las múltiples variantes que conocemos hoy en día y que tan presentes están en las bodas.