Siempre os hablamos de cómo organizar vuestra boda, qué vestido de novia escoger, las invitaciones… Pero, ¿y los aniversarios? ¿las bodas de plata y oro? No todos pueden llegar a celebrar los 25 años de casados y mucho menos a 50, por lo que se merece una celebración por todo lo alto.
Está claro que la celebración de las bodas de plata (y no digamos las bodas de oro) es mucho más relajada que una primera boda. Es un momento especial y único en el que la ilusión de estar rodeados por la familia y los recuerdos de una vida juntos está por encima de cualquier otra cosa. Es necesario dejarse llevar y disfrutar de cada instante.
¿Con o sin ceremonia nupcial? Si la boda fue por la iglesia lo más común es celebrar una misa para renovar votos. Si por el contrario se celebró una boda civil, se puede contratar a un maestro de ceremonias o una ceremonia laica, contando siempre con los hijos como parte importante de la celebración. No hay nada mejor que un hijo hablando maravillas de sus padres y del amor que se profesan.
En función del número de invitados de la celebración de bodas de plata y oro y de la formalidad que se desee, deberéis pensar dónde hacer el banquete: una comida en un restaurante, un aperitivo de pie, una barbacoa, en casa… Y, como no, si la celebración se alarga, ¿por qué no bailar esa canción tan especial que os ha acompañado toda la vida?
Otras ideas interesantes para celebrar un momento tan emotivo es que la novia lleve un ramo, le hará sentir como esa primera vez, también que los novios se intercambien las alianzas que han llevado consigo más de 25 años o decorar la tarta o algún rincón del espacio con fotos de la primera boda y de la trayectoria como matrimonio… ¿se os ocurren más ideas?
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